Octubre 23, 2008 (Aprender a Manejar)
Salt Lake City, Utah
Aprender a Manejar
Nunca tuve la necesidad de conducir, en Buenos Aires vivia en el centro, con Taxis, subtes, trenes y colectivos... y en los Estados Unidos siempre tenia a alguien que me llevaba a donde necesitaba ir. Asi que nunca aprendi a conducir...
(Paola llevandome a algun lado)
No es que nunca haya tratado.
Lo que es fácil y natural para unos es difícil y complicado para otros.
Definitivamente aprender a conducir fue difícil para mi. Cuando estaba en Bahía Blanca (2001) Damian (Entonces Elder Plouzek) trató de enseñarme pero falló miserablemente…
- Fué imposible para mi ir a primera sin ir para atrás en una subida…
- Jugué una carrera contra un perro, el corriendo, yo en la camioneta… gano el perro.
- Lo ultimo que recuerdo es a Damian corriendo atrás de la camioneta y yo conduciendo para atrás… (Casi lo piso)
Ese fué el fin de mis intentos...
Hasta que a Dallas se le empecino en que yo tenia que sacar mi permiso de conducir…
Yo fui su proyecto personal, su rata de laboratorio… Se le puede enseñar a conducir a un porteño?
Y como dijo Viviana… “con Dallas… o aprendes, o aprendes.”
AAA aquellos buenos tiempos donde ser pasajero era apreciar el viaje.
Aprender
Fui a una escuela de manejo, es obligatorio en el estado de Utah. Las clases son aburridísimas. Información mas que valiosa, por seguro, pero daban ganas que te choque un auto a veces solo para no estar en esa aula.
Son 18 horas de teoría y 9 de práctica.
Cuando manejaba con el profesor me sentía confiado excepto cuando subimos a la autopista. Las autopistas me ponen los pelos de punta, en especial los camiones.
Dallas me dejaba conducir su camioneta por horas… al principio me fue buenísimo. El se sentía seguro, y me hablaba tranquilo.
Pacientemente me enseñó a estacionar el auto, a conducir a alta velocidad, a frenar en emergencia, a doblar a la derecha en luz roja, a doblar a la izquierda en luz verde, a ceder el paso.
(Me estaba empezando a gustar la idea de poder conducir)
Manejar
El momento de tomar el examen vino, y yo conduje el auto de mi amigo Renato hasta la escuela de manejo que tomaba los exámenes… ellos cobraban 25 dólares por cada vez que tomaba el examen. o_O
La primera vez pensé que lo hice bien, pero no pase el examen. Renato se enojo mucho porque decía que todo era una estafa “Te cobran por cada vez que tomes el examen, por supuesto que no te va a pasar la primera vez” decía él…
La segunda vez fui con Dallas, yo estaba nervioso. Otra vez pensé que no conduje muy mal, pero no me paso. Dallas le pregunto al Chavón… que era lo que tenia que mejorar y decidimos ir a practicar más y volver a la mañana siguiente.
Dallas le saco esta foto a los pelitos que le salían del lunar del chavón… un asco.
Aprender… o aprender
Ahora Dallas ya no estaba tan cómodo. Desde el vamos empezó con actitud y sarcasmos. Luego hubo gritos, y malas palabras.
Era de noche, estaba cansado, humillado, asustado… Le dije a Dallas que no quería conducir mas… y el me dice “Y a mi que me importa… dale seguí conduciendo… Dobla a la derecha, ahora a la izquierda, ahora a la derecha, ahora a la izquierda….”
(“¡Nazi!” Pensaba yo… Ya no me gustaba la idea de conducir) Fueron horas angustiosas de repeticiones más repeticiones.
De mas esta decir que a la mañana siguiente pase el examen. ¡Y ahora soy un digno poseedor de una licencia de conducir!
Muchas personas me mandaron sus felicitaciones… “¡Al fin!” fué el mensaje mas común… pero quería decir que el que se merece todo el merito es Dallas…
Empujó, insistió, se ofreció a pagar, me preguntaba cada día como iba con la escuela de manejo, me llevó al examen, me ayudó a practicar en su auto, los mosquitos lo comieron mientras yo practicaba a estacionar, Él trabaja y estudia al mismo tiempo y cedió parte del poco tiempo le quedaba para estar con su familia para ayudarme… La verdad no hay palabras… Dallas sos un fenómeno.
Esto es para vos…
(Fue un placer ser tu ratón de laboratorio…Conclusión: Si se le puede enseñar a conducir a un porteño)
(Este es mi auto ideal)