Agosto 26, 2007 (Roadtrip 2007 - Miami Beach, FL)
Punto Cero
DAVID
DE PORTILLO A VALENTINO
Diarios de un músico con acento Guaraní
Por O. Hernán Bogado
El aroma del mar todavía se siente en el aire y el calor se siente en los poros. 95 grados Fahrenheit (35 grados Celsius) en South Beach, en el estado de la Florida. “No importa si son las dos de la tarde o las dos de la mañana, siempre hace calor en South Beach” dice David tocando su guitarra acústica en el estudio de grabación de Star Music.
David Valentino, como piensa ser conocido en un futuro cercano, o David Portillo, como es conocido en Paraguay y por sus amigos, esta grabando su primer disco en un estudio de grabación internacional.
Bajo la dirección Productor y compositor Víctor Daniel de Star Music David piensa lanzarse al mundo de la música en el mercado latino americano.
¿En que andas David?
Acá ando Che-ra’a (Amigo en Guaraní) Trabajando como loco, casi no tengo tiempo para nada.
Estoy trabajando en mi disco, componiendo temas, arreglando las melodías, tengo que estar listo más o menos para noviembre.
“Grabando un disco en Miami Beach” suena glamoroso ¿Pensas que este es tu momento?
No, bueno si...por supuesto es mi momento… ya había grabado un disco en Paraguay pero en este momento estoy tirando para algo mas grande… por eso pienso que este es un gran momento para mi carrera porque este es el punto cero, muchos artistas no llegan no siquiera a empezar y a mi se me abrieron las puertas de muchos lugares. Y digo no porque como dije antes, yo estoy empezando, estoy en cero, voy a jugar mis cartas y ver que pasa, y si Dios quiere saltar a algo grande.
¿Pensas que vas a poder “saltar a algo grande” con Víctor Daniel y Star Music?
Víctor Daniel es una persona que respeto y admiro y al cual confió muchísimo. Fíjate que él compuso uno de los temas que quedo para la historia de la música latina (que es “La Vida es un Carnaval” que inmortalizo la difunta cubana Celia Cruz) Si no creyera en él, simplemente no estaría con él.
¿Si te compararías con algún artista en el medio, con quien te compararías?
A mi no me gusta compararme con nadie, si me dicen que me parezco a tal o tal entonces me digo que tengo que trabajar para mejorar y enfocarme en mi propio estilo
Mi estilo… mi estilo es una fusión de diferentes estilos musicales… con la música latina… digamos música movida y alegre en ‘fusión’ con música romántica (baladas) y algo de rock con un folklore latino. Mezclar la música rock y el pop con los estilos latinos, ósea trompeta, saxo, trombón, y mucha guitarra es lo que yo quiero presentar.
Pelo largo, rubio, ojos verdes, barba, ¿Pensas que esto pueda jugar en tu contra o a tu favor?
Yo pienso que a mi favor. O sea, yo pienso que el “Divo” ya casi no existe. Yo no creo en el estereotipo, y la gente se va a dar cuenta si les gusto o no cuando me escuchen, no cuando me vean.
¿Que música escuchas?
Mucho de todo, lo clásico es lo que me entretiene mas… me gusta toda clase de música en general. La música paraguaya por ejemplo, me encanta, es algo con lo que crecí y ahora que estoy lejos me lleva devuelta a casa, aunque sea por unos minutos.
Se nota que tenés cierto orgullo por tus raíces
Por supuesto, Paraguay es el único lugar donde yo realmente me siento tranquilo. Amo todo de ahí, la gente, el paisaje, el clima… todo, y es algo que voy a llevar a todos lados conmigo y si alguien me habla en guaraní, yo voy a responder en guaraní, eso te lo aseguro.
David estará en el “punto cero”, pero ya lleva años en esto de la música. Estudió en varios conservatorios de música de su país. Participo de Programas musicales en el Teatro Colon de Buenos Aires y viene cantando desde su infancia. Pareciera ser que toda su vida se estuvo preparando para un momento como este.
¿Y si no te va bien? ¿Alguna vez pensaste eso? ¿Que tal vez no te vaya bien?
Yo pienso que ya mismo me esta yendo bien. Ya estoy haciendo lo que amo, y siempre voy a estar metido en la música. Si en el día de mañana no pueda cantar mas, entonces estaré tocando, y si después no pueda tocar mas, entonces estaré componiendo, y así hasta que Dios mismo diga “basta”